miércoles, 28 de octubre de 2020

Regiones Culturales de Mesoamerica

 


Olmecas

Olmecas: quiénes fueron, características y desaparición

Los olmecas (de olman “habi- tante de la tierra del hule”) fue- ron los primeros en desarrollar una sociedad jerarquizada en Mesoamérica. Su periodo de mayor esplendor ocurrió en el Preclásico medio en el Golfo de México (1200-400 a.C.), al sur de Veracruz y norte de Tabasco. Sus centros cívico-religiosos más importantes fue- ron La Venta, Laguna de los Cerros, Potrero Nuevo, Las Li- mas, Tres Zapotes y San Lorenzo

Se ha propuesto que sus antepasados procedían de Sudamérica; es posible que hayan penetrado en Mesoamérica por la costa del Pa- cífico, entre Guatemala y Chiapas en varias etapas de migración. Su forma de gobierno fue teocrática, por lo cual no queda duda de que la religión fuera muy importante, al menos así lo demuestran las expresiones artísticas en estelas conmemorativas, altares, cabezas colosales y las esculturas de seres míticos que presentan símbolos asociados a sus creencias religiosas. Los sacerdotes se encargaban de dirigir los centros ceremoniales, recaudar los tributos y presidir los rituales para propiciar las lluvias. En la cúspide de su organización social se encontraban los sacerdo- tes y guerreros, luego seguían los comerciantes, arquitectos, lapida- rios, alfareros, escultores, cazadores y agricultores. Los olmecas produjeron con singular maestría esculturas sobre rocas como el basalto, la andesita y el pedernal. De igual forma destacaron en la lapidaria trabajando el jade, el ónix, la turquesa, el alabastro y la obsidiana, materiales que usaron para producir máscaras, brazaletes, vasijas y figurillas que destinaban a los diversos rituales. Asimismo, desarrollaron una serie de manifestaciones artísticas y conocimien- tos astronómicos asociados a su religión que tenía al jaguar como animal sagrado, el cual representaba a la Tierra y el inframundo. En general, podemos decir que el arte olmeca se difundió en el res- to de Mesoamérica gracias al comercio, esta actividad les facilitó el acceso a otros territorios, logrando con ello ampliar su influencia cultural y su poder hasta Centroamérica. Chalcatzingo en Morelos y Teopantecuanitlán en el estado de Guerrero, son un ejemplo de la expansión política y cultural de este pueblo. Su decadencia se regis- tró en el 400 a.C. La desaparición de sus núcleos políticos se debió a presiones políticas internas y externas. También se ha propuesto que una catástrofe ecológica pudo afectar los lazos de cohesión de la sociedad olmeca.

Zapotecas

Cultura Zapoteca - Historia, ubicación, aportes y características


Los zapotecas se establecieron en Oaxaca, allí fundaron un centro ceremonial en la cima de una loma de difícil acceso que hoy conoce- mos como Monte Albán. Entre el 500 y 200 a.C., Monte Albán empe- zó a concentrar a un importante número de población que construyó sus viviendas sobre terrazas que se usaron para aprovechar las laderas del cerro. Al mismo tiempo se erigieron los templos de piedra sobre basamentos piramidales y se levantaron varias estelas que represen- tan a personajes en posiciones rituales conocidas como danzantes.

Su máximo desarrollo cultural lo alcanzaron en el Clásico (200- 650 d.C.), tiempo en que Monte Albán se convirtió en la sede po- lítica de una confederación de ciudades, entre las que se encontra- ban Huijazoo, Dainzú, Lambityeco y Yagul. La ciudad llegó a tener una población de 30 000 personas habitando en sus alrededores. Fue la época en que los zapotecas mantuvieron un estrecho con- tacto con Teotihuacán y el área maya. La organización social de los zapotecas era muy similar a la de sus vecinos; por un lado estaba el grupo dirigente, integrado por los sacerdotes y militares, luego seguían los comerciantes, trabajadores especializados y agricultores. 

Cultura Zapoteca, una de las civilizaciones más importantes de México -  Tuitearte


La religión zapoteca también era politeísta y abundaban las deidades asociadas a los fenó- menos naturales como Cocijo, dios de la lluvia o rayo; Nohui- chana, diosa de la fertilidad; Capijcha, dios del sol, Cozana y Xonaxi, dioses creadores y Ca- qui Xee, principio creador de la energía universal. Los zapotecos, junto a los ol- mecas, crearon las manifes- taciones más antiguas de la escritura en Mesoamérica. Usaron los calendarios civil y religioso. Respecto al arte, el rasgo arquitectónico caracte- rístico es el tablero de doble escapulario que hizo su aparición en el Clásico; además se incrementó la producción cerámica y la ela- boración de urnas funerarias con representaciones de sus dioses y animales sagrados. La construcción de tumbas es otro rasgo característico de este pueblo. Por último, el abandono de Monte Albán en el 750 d.C., marcó el declive de los zapotecas, y aunque sus habitantes se trasladaron a otros sitios como Jaileza y Lambi- tyeco, ya no pudieron recobrar su anterior situación de dominio.


Mayas

Los pueblos conocidos como mayas se distribuyeron en un entor- no geográfico que hoy forma parte de Campeche, Chiapas, Quin- tana Roo, Tabasco y Yucatán; en Guatemala, los departamentos del Petén, Alta Verapaz e Izabal, además de las porciones norte de Huehuetenango y Quiché; Belice en su totalidad y San Pedro Sula en Honduras.

Debido a la complejidad que planteaba su estudio y conforme a sus diferencias culturales, fue necesario hablar de los mayas del Clásico y los mayas del Posclásico.

Los mayas del Clásico se extendieron desde Comalcalco en Ta- basco, pasando por Comitán en Chiapas hasta el valle que for- man las cuencas del Motagua y Ulúa en Honduras, donde se encuentran los sitios de Quiriguá y Copán. Este territorio com- prende ecosistemas variados, que fueron agrupados en una re- gión fisiográfica conocida como Tierras Bajas. La zona abarca la cuenca del Usumacinta, que está formada por porciones de Chia- pas, Tabasco, Guatemala, Belice y Honduras. En este entorno los mayas crearon una cultura única que se refleja en la arquitectura con el empleo de la bóveda y el arco maya, desarrollo de escritu- ra jeroglífica, construcción de estelas, observaciones astronó- micas y un riguroso registro del tiempo que sirvió para llevar la cuenta en dos calendarios: el ritual de 260 días y el civil o solar, de 360 días. Además, no olvidemos el concepto del cero y la nume- ración vigesimal, así como la elaboración de una amplia variedad de cerámica policromada y de pasta fina.

Al igual que las demás sociedades mesoamericanas, su economía dependía principalmente de la agricultura; cultivaban maíz, cacao, frijol, tomate, calabaza, algodón y aguacate. Además, completaban su dieta mediante la caza, pesca y recolección. La organización social estaba jerarquizada, la componían los sacerdotes, nobles,militares, comerciantes, arquitectos, trabajadores especializados y agricultores. Su gobierno era teocrático y estaba apoyado por los militares. La religión era politeísta, los dioses más importantes eran Hunab-Ku, el dios supremo, Itzamná, era el dios de la sabiduría; Chaac, dios de la lluvia, Huracán, dios del rayo y del trueno, e Ixchel, diosa de la medicina, tejido, parto y las inundaciones.

En la arquitectura surgieron diferencias estilísticas, aunque bajo una tradición común. En terrenos accidentados, como el Petén o la Cuenca del Usumacinta, se aprovechó el relieve natural, adaptando la topografía con la finalidad de enfatizar las construcciones. En terrenos planos, como Comalcalco o Pomona esto se logró mediante la construcción de plataformas.

Los edificios generalmente eran de planta rectangular y los muros de roca caliza, en cuyo interior se efectuaban las funciones admi- nistrativas y de culto. Encima de los templos se colocaban unas losas rectangulares o cornisas para cerrar el techo en forma de bó- veda. Ésta consiste en lajas que sobresalen de cada hilada a partir de la cornisa de los muros opuestos, proyectándose al centro del claro y logrando así una reducción paulatina, hasta permitir el cerramiento.

Cultura maya - Wikipedia, la enciclopedia libre

Sobre el techo del edificio se colocaban las cresterías, consistentes en un par de muros cuya altura por lo menos era similar a la alcan- zada por los dos primeros cuerpos. Generalmente se aprovecha- ban las azoteas para colocar esta ornamentación, elaborada a base de estucos modelados, como los que se encuentran en El Palacio de Palenque o el Edificio 33 de Yaxchilán. A partir de sus peculiaridades estilísticas se propuso una clasificación de las variantes arquitectónicas mayas.

La escritura jeroglífica sirvió para perpetuar la memoria histó- rica, registrando acontecimientos y personajes destacados. En Piedras Negras y Yaxchilán, se conservan los registros del nacimiento y ascenso al poder de algunos gobernantes como Jaguar en el 688 d.C. o Pájaro Jaguar en el 754 d.C. En El Naranjo se registró el nombre del gobernante que también regía.

La última fecha se registró en Toniná; durante este lapso ocu- rrió la desintegración del mundo clásico maya. La explicación a este fenómeno conocido como colapso aún no ha sido aceptada totalmente; se mencionan varios factores como la explotación irracional del medio natural, crecimiento demográfico y la lle- gada de extranjeros con características culturales diferentes que fueron adaptadas por los grupos dominantes, lo que propició una crisis social que influyó para que la gente emigrara al nor- te de la península de Yucatán. Uno de estos pueblos, los itzaes, fijaron su residencia en Chichén-Itzá, pero fueron atacados por los xiues, así que se desplazaron a Champotón. Más adelante, durante el Posclásico, regresaron a Chichén-Itzá y con el apoyo de grupos toltecas, volvieron a ocupar la ciudad.

En el Posclásico, los mayas tuvieron mayor contacto con las sociedades del Altiplano central; existen relatos que hablan de Kukulcán (serpiente emplumada), un personaje que dirigía los grupos toltecas llegados del centro de México que se fusionaron con los mayas, quienes honraron su memoria en los motivos es- cultóricos y arquitectónicos que abundan en la ciudad. Los ma- yas de Chichén-Itzá copiaron los estilos artísticos que los tolte- cas emplearon en Tula. Los grupos de filiación tolteca se aliaron con los mayas y empezaron a tener participación en el gobierno de Chichén-Itzá, Ux- mal y Mayapán, las tres ciudades más importantes de la región,formando una alianza de señoríos a principios del siglo xi, con la intención de defender sus territorios. Con la fundación de esta liga se dio un periodo de paz y prosperidad que duró varios años; sin embargo, al surgir los primeros brotes de inestabilidad en la zona, Mayapán acusó a Chichén-Itzá de conjurarse en contra de Izamal, lo que motivó un conflicto armado desfavorable para Chichén-Itzá que fue saqueada y entregada como botín.

Tras la victoria, Mayapán se consolidó como la ciudad hegemónica y ejerció un control que llegó a ser tiránico, por lo que Uxmal unió a varias ciudades y acabó con su dominio, destruyéndola a mediados del siglo xv. El periodo que siguió a la caída de esta ciudad estuvo caracterizado por la competencia entre los diferentes señoríos para dominar las rutas comerciales sin que ninguno obtuviera ventajas decisivas, situación que no sufrió modificación alguna hasta la llegada de los españoles.


Teotihuacanos

Cultura Teotihuacana: economía, religión y características

Los teotihuacanos se establecieron en el estado de México desde el Preclásico Superior (400-200 a.C.). En efecto, se tiene registro que desde esa época ya existían núcleos aldeanos en la región que se fu- sionaron con grupos provenientes de Cuicuilco para fundar lo que sería la metrópoli más grande del altiplano central durante el Clásico. Su inicio se registra en el 200 a.C. y su derrumbe en el 650 d.C.

No se tiene conocimiento del nombre que sus teotihuacanos daban a su ciudad, fueron los mexicas quienes denominaron a la ciudad Teotihuacán, vocablo que significa ciudad de los dioses, ad- mirados por la monumentalidad de sus edificios, a pesar de encon- trarse en ruinas. Los teotihuacanos tenían un régimen teocrático a cargo de los sacerdotes y guerreros. La sociedad estaba compuesta por los grupos de élite, entre los que se encontraban sus gobernan- tes y los comerciantes, el resto de la sociedad estaba integrada por la gente que se dedicaba a actividades propias de la construcción, trabajo especializado, caza, pesca y agricultura.

Su religión era politeísta, los dioses más importantes de su panteón eran Quetzalcóatl, Chalchiuhtlicue, Tláloc y Huehuetéotl.

Teotihuacán fue un asentamiento muy bien planificado, el eje prin- cipal de la ciudad era la Calzada de los Muertos, sobre la que edificaron los templos más grandes de Mesoamérica: la Pirámide del Sol, construida sobre un antiguo manantial cuya base mide alrededor de 225 m de base y tiene una altura de 65 m. Por las evidencias arqueológicas se ha descubierto que el basamento estaba coronado por un templo de unos 10 m de altura.

La pirámide de la Luna localizada al final de la Calzada de los Muer- tos es de menores dimensiones; sin embargo, a simple vista parece tener la misma altura que la del Sol, esto debido a la elevación que tiene el terreno donde se construyó. Al pie de la Pirámide de la Luna, justo donde termina la Calzada de los Muertos, se encuentra la Plaza de la Luna, en la que se localizan varios basamentos y el palacio del Quetzalpapálotl, uno de los edificios más bellos del lugar, recons- truido casi en su totalidad entre las décadas de 1940 y 1950. Otras construcciones importantes de Teotihuacán son el conjunto de la Ciudadela, donde se localiza la Pirámide de Quetzalcóatl, decorada con bellas esculturas y bajorrelieves de serpientes-jaguar empluma- das, mascarones de Tláloc, dios de la lluvia y numerosas representa- ciones de objetos marinos como conchas y caracoles.

Estas construcciones se caracterizan por el uso del talud-tablero y los patios hundidos estilos arquitectónicos que fueron adoptados por las sociedades posteriores. En la parte central de la ciudad se ubicaron los edificios destinados al culto, después se encontraban las zonas residenciales de Tetitla y Tepantitla; posteriormente es- taban los barrios de los trabajadores especializados: arquitectos, lapidarios, escultores y alfareros. Al último se encontraban las vi- viendas de los agricultores.

Los teotihuacanos produjeron bellas esculturas, como la que re- presenta a Chalchiuhtlicue, diosa del agua que corre; hermosos objetos de barro y piedra como figurillas humanas, símbolos, más- caras e incensarios funerarios. También destacaron como pintores, dejando muestras de este arte en algunos edificios, entre las que destaca el mural del Tlalocan o paraíso de Tláloc en Tetitla.

Toltecas

Cultura Tolteca - Historia, sociedad, economía, características

Los toltecas fueron la primera sociedad militarista del Posclásico temprano (900-1160 d.C.); se establecieron en el estado de Hidal- go y fundaron la ciudad de Tula, que alcanzó su máximo apogeo en el 950 d.C., pese a ello, la ciudad no llegó a crecer tanto como en su tiempo lo hizo Teotihuacán. Se ha calculado que tuvo unos 50 mil habitantes en esta época.

Debido a los relatos y a la confusión de las fuentes históricas, du- rante mucho tiempo se pensó que la ciudad de los toltecas debía ser Teotihuacán. Dicha discusión llegó a su fin después de que se hizo un minucioso análisis documental y de que se realizaron trabajos arqueológicos en el estado de Hidalgo, en la década de 1940. Según la evidencia arqueológica, está demostrado que Tula fue habitada por gente de filiación teotihuacana desde el Clásico. Más tarde, en el 800 d.C., con el reflujo migratorio, llegaron gru- pos chichimecas, así como nonoalcas que procedían del Golfo de México. Este grupo veneraba a Quetzalcóatl en su advocación de Tlahuizcalpantecuhtli, el señor de la casa de la aurora o Venus, que vino a sumarse al culto que se tenía de Tonacatecuhtli, Ome- cíhuatl, Tláloc, Tezcatlipoca y Quetzalcóatl.

Tula fue un asentamiento que tuvo como actividad económica más importante a la agricultura. Pero la guerra les permitió domi- nar a varios pueblos vecinos que eran tributarios suyos. Al ser una sociedad militarista, destacaban los guerreros, que compartían el poder con los sacerdotes y comerciantes; el pueblo lo conforma- ban los trabajadores especializados (arquitectos, lapidarios, escul- tores, alfareros), cazadores y agricultores.

En lo que respecta a su cultura, fueron los mexicas quienes les lla- maron toltecas (artistas), admirados por sus logros artísticos, ya que revolucionaron la concepción mesoamericana del uso de los espa- cios en la arquitectura. Con la inclusión de columnas con el sistema de caja y espiga y las techumbres ligeras, dispusieron de mayor espa- cio en el interior de los edificios. Asimismo, usaron como elemento decorativo el coatepantli (muro de serpientes) y el tzomplantli (muro de cráneos), que más tarde se generalizaron en Mesoamérica.

Los toltecas también crearon estilos propios en la escultura, en los que destacan las escenas militares. Abundan las escenas en bajorre- lieve de guerreros. Son frecuentes las imágenes de jaguares, coyotes y águilas que devoran corazones humanos. Destacan también los braceros, portaestandartes y las cariátides o atlantes, columnas an- tropomorfas de guerreros que sostienen techos o con sus brazos en alto, banquetas monolíticas. Pero sin duda sus monumentos más representativos, que siglos después serían comunes entre purépe- chas, mayas y mexicas, son las imágenes antropomorfas, reclinadas, que sostienen sobre su abdomen un recipiente para ofrendas y que se conocen como chac mool.

Tula de Allende, ciudad de los gigantes toltecas | Rincones de México

Su decadencia ocurrió a mediados de 1150 d.C. La tradición cuen- ta que después del exilio del sacerdote Ce Acatl Topiltzin Quetzal- cóatl, la ciudad fue víctima de los enfrentamientos entre los segui- dores de Tezcatlipoca y Quetzalcóatl. En el 1160 d.C., la ciudad fue abandonada definitivamente. Huémac, último soberano tolteca, al abandonar la ciudad ordenó quemarla.

Sin embargo, la cultura tolteca no se extinguió, pues se han encon- trado testimonios de su influencia cultural en la península de Yu- catán, especialmente en Chichén-Itzá, ciudad que fue dominada por los iztaes, una rama de los putunes, grupo maya dedicado al co- mercio, los cuales convivieron con grupos de filiación tolteca que llegaron a la zona tras la ruina de su ciudad.

Huastecos

Los huastecos se establecieron en el Golfo de México desde el Clá- sico (200 d.C.) en el norte de Veracruz y sur de Tamaulipas has- ta San Luis Potosí, Hidalgo y la Sierra Gorda de Querétaro. En esta zona fundaron sus centros político-religiosos; los edificios fueron construidos en torno a plazas, que eran ocupadas como centros de reunión y vivienda para el grupo dirigente, sus familias, servidores y artesanos especializados, mientras que los agricultores habitaban en los alrededores formando núcleos aldeanos.


Durante el Clásico, los huastecos mostraron cierto distanciamien- to respecto a sus vecinos mesoamericanos, pero en el Posclásico, el intercambio cultural y las relaciones comerciales adquirieron mayor relevancia, hecho que puede demostrarse en el arte, ya que su escultura refleja un acercamiento con los estilos del centro de Veracruz. De todas formas, fue una sociedad que se desarrolló de acuerdo con sus propias pautas y dinámica social. En el Posclási- co tardío (1200-1521 d.C.), perfeccionaron sus instituciones polí- ticas y económicas debido al incremento de la producción agrícola y al intercambio comercial. La repercusión de dichas actividades se reflejó en el crecimiento de sus centros urbanos, que llegaron a controlar extensos territorios. Tamuín en San Luis Potosí, Huejutla en Hidalgo, Tizicoac en Puebla, Tancama en Querétaro, y Tuxpan, Temapache y Pánuco en Veracruz son algunas de las localidades huastecas. Estos sitios tuvieron una compleja organización políti- ca, económica, social y religiosa.

Se dedicaron principalmente a la agricultura y sobresalieron en la elaboración de cerámica, en la que representaron formas de la naturaleza y pintaron sus vasijas con colores crema, negro y guinda. También destacan en la escultura en barro y piedra, en la que es posible identificar a sus dioses Quetzalcóatl, Xipe, Tláloc, Chi- comecóatl, Tlahuizcalpantecuhtli, Mixcóatl, Ome Tochtli, Tlazol- téotl y Ehécatl.

Sobre su religión, durante el Clásico, rindieron culto a la fertilidad, a la que representaban con mujeres cuyas manos descansaban so- bre el vientre o con las caderas y senos prominentes; así como an- cianos con bastón plantador. Ligado a las prácticas religiosas, adoptaron el ritual de juego de pelota con anillos, además se consolidó el ritual del volador, en honor al sol.


Mixtecos

Cuáles eran las características de la cultura mixteca - Historia



Los mixtecos se establecieron en Oaxaca en el Horizonte Posclá- sico. Fundaron la ciudad de Tilantongo y llegaron a dominar la re- gión. Como parte de su política expansionista, a la cabeza de cada provincia designaban a una ciudad como centro administrativo, por lo regular era la que destacaba sobre las demás, ya fuera porque había logrado dominar a sus vecinos, por sus acciones militares, tener mayor prestigio en el linaje de sus gobernantes, ser un importante centro religioso o simplemente por su riqueza.

Las ciudades más importantes de los mixtecas fueron: Mitla, Tilantongo y Zaachila. De ellas, Mitla destaca por el uso de grecas en la decoración de sus edificios. Los mixtecos no sólo fueron ex- celentes arquitectos, también produjeron bellas esculturas en cris- tal de roca, jade y turquesa. Del mismo modo, se distinguieron por la elaboración de códices, pero sobre todo fueron hábiles orfebres, trabajaron el oro y la plata con singular maestría.

Sobre su organización social es posible distinguir dos grupos: el de la élite, formado por la nobleza y comerciantes, a la que pertenecían sus gobernantes, y el pueblo. Los centros urbanos eran goberna- dos por un cacique, escogido de entre la nobleza. Éste era asistido en sus funciones por un grupo de principales miembros de la élite, mientras que el pueblo se dedicaba a la agricultura y al trabajo especializado (escultores, lapidarios, orfebres, agricultores) y cuando era necesario, a la guerra.

La religión de los mixtecos incluía en su mayoría a deidades vincu- ladas con la naturaleza: Quetzalcóatl, Hituayuta, dios de la regene- ración; Yoxoloyua, dios de los mercaderes; Cohuy, dios del maíz y Quahue, dios de los cazadores. Además, cada señorío mixteco tenía un dios tutelar al que le rendían un culto especial, llegando a practicarse los sacrificios humanos.

Las empresas de conquista que emprendieron los mixtecos deses- tabilizaron las alianzas que habían establecido y entorpecieron su integración. En este sentido, si bien sobresale la consolidación de Tilantongo y los intentos del señor 8 Venado Garra de Tigre por uni- ficar la región, no resulta extraño explicarnos por qué los mixtecos cayeron ante la expansión de los mexicas.

Totonacos

Definición de Cultura Totonaca » Concepto en Definición ABC

Los totonacas se establecieron en el Golfo de México desde el Preclásico, pero alcanzaron su apogeo en el Posclásico temprano (900-1200 d.C.). El señorío fue la base de su organización políti- ca, el gobernante era asistido por miembros de la nobleza. En su organización social, los sacerdotes ocupaban un lugar destacado, pues no solamente se encargaban del culto a sus dioses (Xipe To- tec, Quetzalcóatl, Tlazoltéotl y Mictlantecuhtli), sino también de elaborar los códices, hacer observaciones astronómicas y llevar el cómputo del tiempo con el uso de los calendarios. Asimismo, ofi- ciaban las ceremonias, las fiestas y los sacrificios humanos. Luego seguían los guerreros, comerciantes y el pueblo, conformado por los artesanos especializados y agricultores. Los centros totonacas más importantes eran Cempoala, Misantla y Zacatlán.

La economía de los totonacas se basaba principalmente en la agri- cultura. El uso de sistemas de riego aumentó considerablemente la producción, sobre todo en lo que se refiere al cultivo del algodón. Los tejidos hechos en la zona con esa fibra eran codiciados, como también lo fue la cerámica que se elaboraba en Quiahuiztlán e Isla de Sacrificios.

Las ciudades estaban bien planeadas y organizadas. Por ejemplo, en Cempoala, la lluvia se captaba directamente de los techos y se almace- naba en pilas, luego se conducía hasta los templos y casas por medio de acueductos y caños hechos de mampostería. Estas obras nos dan una idea aproximada de los logros totonacas a la llegada de los españoles.

Purepechas

En el estado de Michoacán, durante el Posclásico se establecieron los purépechas o tarascos. Era una sociedad militarista que al am- pliar sus dominios a los demás pueblos, lograron que estos últimos les rindieran tributo. Estaban situados en la región de Zacapu y en los alrededores del lago de Pátzcuaro. Ahí se encontraban sus tres ciudades más importantes: Tzintzuntzán, Ihuatzio y Pátzcuaro. Su organización social estaba conformada por nobles (sacerdotes, mi- litares), comerciantes, arquitectos, orfebres, escultores, alfareros, cazadores y agricultores. El señorío era la base de su organización política, con el cazonci al frente del gobierno.

Los motivos que impulsaron a los purépechas a la conquista y sometimiento de otros pueblos fueron varios, entre ellos pode- mos citar la obtención de nuevos súbditos que rindieran culto a dioses como Curicaueri, Xataranga, Thares Upeme, Chupi- Tiripeme y Uitzimengari; que sirvieran al cazonci y a sus ejér- citos; la necesidad de esclavos para el sacrificio y para el trabajo de las tierras de su señor; la obtención de productos mediante tributo que no existían en la zona como sal, cobre, oro, plata, ob- sidiana, algodón, cacao, mantas, pieles y miel; o de servicio en el ejército para la guerra y la construcción de fortificaciones, todo esto encaminado a aumentar el control territorial e inhibir a sus enemigos.

La arquitectura purépecha se caracterizó por la construcción de yácatas, cuerpos piramidales formados con lajas, unidas entre sí con barro, revestidas con tezontle. Sobre los basamentos se edifica- ron adoratorios hechos de madera con techos de palma. La forma más común de dichos monumentos era a manera de T mayúscula. No debemos olvidar que fueron excelentes artistas, su cerámica zoomorfa es inconfundible, sus trabajos en piedra, laca sobre ma- dera, arte plumaria y la orfebrería son una muestra de su gran habilidad.

La emperatriz purépecha que luchó contra los conquistadores - Historia


Mexicas

Los mexicas se instalaron en el altiplano central durante el Pos- clásico tardío. Según sus crónicas, procedían de un lugar llamado Aztlán. Mucho se ha discutido sobre la exacta ubicación de este lugar, aunque no ha sido identificado plenamente.

MEXICAS - El tiempo de México

En sus crónicas se menciona que salieron de ese lugar e iniciaron una larga peregrinación, hasta que arribaron a la cuenca de México. Luego de varias penurias y contratiempos, bajo la indicación de su dios Huitzilopochtli, se instalaron en un islote del lago de Texcoco, propiedad de los tecpanecas de Azcapotzalco, cuyo gobernante Te- zozómoc los hizo tributarios. Es más probable que los mexicas fue- ran un grupo chichimeca que se mantuvo errante por varios años en el centro norte y Altiplano central, hasta que por fin, en 1325 fundaron la ciudad de México-Tenochtitlan.

Al principio aceptaron el tributo impuesto por los tecpanecas, pero con el paso del tiempo y en la medida que su poder crecía, se rebelaron y consiguieron derrotarlos con ayuda de Texcoco y Tlacopan. A partir de ese momento, los tres pueblos conformaron la Triple Alianza para defenderse de cualquier enemigo común.

En poco más de un siglo se convirtieron en el señorío más podero- so del Anáhuac (Valle de México). Después de asegurar el control político de la Triple Alianza, se lanzaron a la conquista de los demás pueblos que habitaban el altiplano central, Oaxaca y el Golfo de México, haciéndolos tributarios suyos. Sin embargo, los tlaxcal- tecas y purépechas les opusieron resistencia, a tal grado que los mexicas se conformaron únicamente con hostigarlos mediante las denominadas guerras floridas, que tenían la finalidad de procurarse prisioneros para el sacrificio.

Mexica - Wikipedia, la enciclopedia libre

Los mexicas tuvieron una religión politeísta en la que los principa- les dioses eran Huitzilopochtli, Tláloc, Quetzalcóatl, Tezcatlipoca, Tonatiuh, Xiuhtecutli, Xochipilli, MacuiXochitl, Chalchiuhtlicue, Mictlantecuhtli, Coatlicue, Chicomecóatl, Xipe Totec y Tonatzin.

El señorío era la base de la organización política, en la que el Huey, Tlatoani o Tlacatecuhtli, no sólo era el gobernante de los mexicas, además era el jefe máximo de la Triple Alianza; le seguía el Cihua- cóatl, que se encargaba de los asuntos militares; los tlatoanis, que eran los gobernadores de las provincias o pueblos; los Tecuhtlis o administradores, los calpixques o recaudadores de impuestos y los calpuleques, que eran los jefes de los calpullis. Existían doce tlatoanis que formaban el Tlatocan o Consejo de Estado. En total, los mexicas tuvieron once señores: Acamapichtli, Huitzi- líhuitl, Chimalpopoca, Izcóatl, Motecuhzoma Ilhuicamina, Axa- yácatl, Tizoc, Ahuizotl, Motecuhzoma Xocoyotzin, Cuitláhuac y Cuauhtémoc.

En materia legislativa y penal, se ejercía la ley mediante la repara- ción de la falta. También había penas que se castigaban de acuerdo con el delito cometido, por ejemplo, el adúltero era lapidado y el traidor descuartizado.

La sociedad mexica estuvo compuesta básicamente por dos cla- ses sociales: los pillis o nobles y los macehualtin o pueblo. Al primer grupo pertenecía la clase gobernante, entre los que se encontraba la nobleza, los sacerdotes, quienes se encargaban de los rituales, de las observaciones astronómicas y del cómputo del tiempo, y los guerre- ros de élite agrupados en las órdenes militares cuauhtli, coyotl y ocelotl..

Los macehualtin eran la gente del pueblo; agrupados en cuatro calpultin (barrios), eran principalmente agricultores, pescado- res, cazadores, artesanos especializados, cargadores y mensajeros. Además, existían tres grupos alternos, el de los pochtecas o merca- deres, el de los mayeques, trabajadores agrícolas y artesanales, cuya producción iba a parar a manos de la clase dominante; y los tlaco- tin o esclavos (personas que habían cometido un delito y cautivos de guerra). Los pochtecas, también hacían las funciones de emba- jadores y espías, tenían un carácter sagrado e incluso rendían culto a su propio dios llamado Yacatecuhtli. 


Al igual que los demás pueblos mesoamericanos, los mexicas fue- ron excelentes artistas; levantaron magníficas construcciones en México-Tenochtitlan. La traza urbana de su ciudad, la Gran Plaza, el Templo Mayor, el acueducto de Chapultepec y las calzadas, son un ejemplo de su desarrollo arquitectónico. En escultura, produ- jeron obras tan notables como las de Tláloc, Coatlicue, Coyol- xauhqui, Xochipilli, la piedra de Tizoc y el Calendario Azteca, además de múltiples representaciones de la serpiente empluma- da, de seres mitológicos, animales marinos y piezas de chac mool. Respecto a las demás artes, hemos de destacar sus logros en la ela- boración de códices, en la pintura, plumaria, orfebrería y lapidaria, como lo demuestran algunas tallas realizadas en alabastro, turque- sa, jade y obsidiana.

Por último, la sociedad mexica tenía un rígido modelo educativo en el que los individuos, llegado el momento, eran incorporados a la educación estatal, misma que correspondía a su condición social de pipiltin o macehualtin. Desde su nacimiento, según el género, se planeaba su formación, además se marcaban cuáles serían sus ocupaciones. A medida que los niños crecían, quedaban cada vez más sujetos a la influencia del padre o madre según fuera el caso, quienes los enseñaban a participar en la vida económica del hogar recibiendo su manutención a cambio de sencillas tareas.

Cuando el niño llegaba a la edad de 13 años, la responsabilidad de su enseñanza la asumía el estado, entonces los varones pillis ingre- saban al Calmécac, mientras que los macehualtin hacían lo propio, pero al Telpuchcalli. En ambos casos, la política educativa de los mexicas estaba encaminada a satisfacer los ideales de su sociedad, que eran la religión y la guerra.

El Calmécac era una especie de instituto anexo al templo, donde los pipiltin se preparaban para ser sacerdotes y ocupar los altos car- gos del gobierno y la milicia. También las mujeres iban a una es- cuela a prepararse para aprender a desempeñar la parte que les co- rrespondía en el culto religioso; tejían y bordaban las telas para los altares y las ropas que usaban los sacerdotes. Se les exigía absoluta castidad y cualquier falta contra ellas era castigada con la muerte.

El Telpuchcalli era el colegio de los macehualtin donde aprendían un oficio y se adiestraban para la guerra. Quizá la única caracterís- tica en común que tuvieron ambos colegios fue la de las prácticas religiosas y actos de penitencia y autosacrificio, aunque en el Tel- puchcalli la disciplina era menos severa. Además, existían escuelas dedicadas exclusivamente a la enseñanza del canto, la danza y la música, todas con fines rituales.

El Códice Mendocino es uno de los documentos más importantes para estudiar la formación de los mexicas, nos ilustra por medio de dibujos cómo eran instruidos, y cuáles eran los castigos a que llegaban los padres cuando sus consejos e indicaciones no eran atendidos por sus hijos. Sin embargo, no siempre se tenía que llegar al castigo, pues los padres preferían la amonestación y el consejo. Al conjunto de discursos y enseñanzas recopiladas por los frailes al momento de la conquista de México-Tenochtitlan se les denominó Huehuetlahtolli o antigua palabra, son consejos orientados hacia el bienestar de los hijos que tratan de retórica, filosofía, teología y la moral mexica.

Cuáles son las diferencias entre los aztecas y los mexicas?

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Exposición sobre las Culturas Prehispánicas

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